viernes, 25 de noviembre de 2016

LA CAPACIDAD DE CAMINAR


La motricidad gruesa es de vital importancia en todos los momentos de la vida pero cabe mencionar la importancia de esta motricidad en los bebés. El control del cuerpo se desarrolla desde la parte central y de ahí se pasa al control de la cabeza y las extremidades. Así pues, un desarrollo normalizado en los bebés pasa por una capacidad progresiva para controlar la cabeza, capacidad para rodar (darse la vuelta) y poder sentarse y gatear.
Si tenemos la oportunidad de vivir los primeros meses de vida de un bebé aprenderemos cómo es este proceso. La conciencia del propio cuerpo se va descubriendo día a día, momento a momento. Ser capaz de llevarse las manos a la boca, ser capaz de juntar una mano con otra es un paso imprescindible para poder darse la vuelta. Cuando los bebés están boca abajo, les resulta imprescindible realizar el apoyo con la palma de las manos abierta para poder incorporarse, de otra forma la cabeza puede cambiar de posición pero con muchas dificultades. Todo esto son partes importantes del proceso del gateo y de la bipedestación.
En este aspecto, se debe hablar del “patrón cruzado”, donde juega un papel muy importante el aspecto neurológico. El cerebro manda órdenes que el cuerpo pone en práctica de forma simultánea haciendo entrar en acción ambas partes del cuerpo (derecha e izquierda). Esta “habilidad” se extrapola a infinidad de movimientos a lo largo de la vida y es muy importante para la manipulación y el esquema corporal.
Así pues, en el trabajo con caballos es de vital importancia el movimiento que nos proporciona el animal. Los impulsos son rítmicos y estables, por lo tanto estamos generando una repetición y damos la oportunidad a la persona para unirse a dichos movimientos gracias a esa “musicalidad” del movimiento. Al ser repetitivos y estables, a la persona le resulta “relativamente sencillo” aprovechar cada una de esas oportunidades ya que se cuenta con la capacidad de anticipación.
Se habla de ciento diez impulsos por minuto, a una misma cadencia y ritmo. Este número no es sino una media estadística pero nos puede servir como dato de referencia para, a la hora de hacer que nuestro animal se mueva, no se aleje mucho de este número. Ciento diez impulsos, y más importante, ciento diez oportunidades por minuto de trabajar el control de tronco, de ensayar una postura correcta, de controlar la cabeza. De realizar los movimientos propios de los brazos durante la acción de caminar.

Es importante nombrar el trabajo en el conocimiento del esquema corporal. Los movimientos grandes precisan de un conocimiento del propio cuerpo y de un entrenamiento en dichos movimientos que son generalizables a las actividades básicas de la vida diaria como vestirse, tomar una ducha, preparar algo de comida, ordenar un cuarto, etc. Y, por supuesto, generalizable a la hora de caminar. 


domingo, 26 de junio de 2016

Todo esto, con la excusa de hacer un cuarto de baño.

Ya han pasado varias horas desde que la gente se fue montando en los coches y fue abandonando el lugar en el que más me gusta estar. Este espacio supone ese lugar con el que sueñas, ese lugar que roba mi tiempo con el único fin de convertirse cada vez más ese lugar en el que los "amigos" se encuentran. ¿Recordáis el significado de la palabra "amigo"?

La palabra "amigo" no aparece en los manuales de psicología, ni en los de fisioterapia, ni en los de pedagogía, tampoco en los de terapia ocupacional... ni siquiera en los manuales de atención a la diversidad... tampoco en los de deporte. La palabra amigo solo aparece en los manuales de "hacer el trabajo con pasión" y en los de "proponte un sueño y compártelo con la gente que, a veces, se cuela en tu sueño y lo hace aún más bonito".

El viernes llegaron al lugar donde se encuentran los amigos nueve personas que han hecho que mi sueño tenga más motivos para alargarse y dejarme seguir durmiendo en esta aventura, imaginaria y real, de seguir pasando largas horas bajo el sol junto a unos maravillosos animales esperando a que vengan amigos que me enseñen a enseñar, que me permitan seguir soñando.

Pasaron varios meses desde que decidí animarme a mostrar lo que yo he descubierto que son las terapias con caballos. He pasado varias horas decidiendo qué iba a decir y... no pasaron ni diez minutos desde que había empezado a hablar hasta que mi cabeza dejó de elaborar discursos y empecé a dejar trabajar mi memoria episódica (¡¡¡esto está en el manual!!!). Empecé a recordar momentos en los que he podido disfrutar de hacer lo que más me gusta para darle forma a una teoría que poco a poco se ha ido haciendo experiencia. Experiencia de amor.

En mis años trabajando a nivel individualizado he descubierto eso mismo, que el vínculo con las personas con las que trabajas es el amor. El amor es una pescadilla que se muerde la cola y una relación interesada: te enseño para que me enseñes a enseñar, y ese es el trato. Nuestro contrato es la amistad. El contrato se firma ante un testigo, el caballo. Si afinamos nuestra memoria ecoica (¡¡¡esto sale en el manual!!!) veremos que los relinchos eran el "doy fe" de los notarios.

Gracias a Bienve por ser una apasionada de su trabajo.
Gracias a cada una de las personas que han venido, sin saberlo habéis pasado a formar parte de A Través de los Caballos. Habéis dejado mucha energía aquí. Ayer, cuando daba de comer a los caballos por la tarde lo notaba. No estoy hablando de misticismos. Estoy hablando de que este lugar ahora cuenta con más recuerdos, más situaciones vividas, más personas ilusionadas.
Gracias a mi familia por apoyarme en esta locura. Por hacer los sándwiches, por hacer que mi vida sea una bendición, por animarme a seguir "haciendo amigos".
Gracias a Pascual y a Lizy, por estar locos.
Gracias a los animales, por ser especiales, por tomarnos el pelo y por, de vez en cuando, aportar lo que "los amigos" necesitan para tener cada vez más calidad de vida .

Ahora toca seguir construyendo el baño.



sábado, 23 de abril de 2016

Unas breves notas sobre la ecolalia

El término ecolalia tiene su nombre en ese efecto “eco” que reproduce el niño o la niña cuando nos comunicamos hablando. Así pues, si le decimos “subimos al caballo”, repetirá exactamente lo mismo o, quizás suprima alguna de las palabras como “al” o “subimos”. Se pueden hacer varias interpretaciones. Quizás repita con el fin de asentir y confirmarnos que entiende lo que decimos y que además quiere hacerlo o, quizás sea todo lo contrario. Que efectivamente no entiende a qué nos referimos. Con el caballo delante y encima de las escaleras puede que le resulte más fácil encontrar el significado. Sólo es tiempo y repetición.
 Con respecto a las ecolalias, se puede entender como una forma sesgada de usar el lenguaje. Cuando estamos comunicándonos por medio del lenguaje hay unas “reglas” de comunicación y uso que las personas con ecolalias no las siguen por lo tanto, a las personas que las seguimos nos cuesta interpretar. También ocurre a la inversa. Las personas “sin ecolalias” usamos unas reglas de lenguaje que no tienen en cuenta las dificultades de comprensión con las que cuentan algunos niños y niñas.
También habrá ocasiones en las que veamos que el niño está hablando repitiendo frases que nosotros dijimos en sesiones anteriores. En varias ocasiones las dicen “entre dientes”, en un tono de voz bajo. De alguna forma, parece que está intentando “reorganizar” lo que ocurre o “contextualizar” la situación. Es difícil explicar qué intención tiene esa expresión de palabras porque, además, seguramente en cada ocasión tenga una intención diferente. En otras muchas ocasiones no tendrá ninguna intención y simplemente está repitiendo unas palabras que le resultan familiares. En varias sesiones nos hemos visto en la situación de estar escuchando “pantalón, camiseta y jersey” repetidas veces. Qué sentido tiene en esa situación si ni siquiera es la hora de vestirse. Sencillo, ha llegado a su cabeza y se ha puesto a repetirlo.
Pues bien, no será raro que llegue el niño a comenzar su sesión y a la hora de saludar a las personas que conformamos el equipo comience a decir: “Hola Antonio, ¿cómo estás?” cuando, precisamente, Antonio es él. Sin más dilaciones, está repitiendo algo que ha escuchado en una situación similar y lo ha usado como un saludo.
En otras ocasiones podemos estar realizando la sesión y el niño empieza a decir varias veces  “cogemos la zanahoria por la punta…”. En cada sesión, al terminar, se saca una zanahoria del huerto y, con calma y andando todos al mismo ritmo, vamos a dársela al caballo con el que hemos hecho la sesión. El momento en el que ha dicho la frase, claramente, no es el momento de dar la zanahoria al caballo. Sabemos perfectamente que para bajar del caballo hay que recoger la pista, después ir a las escaleras y bajar del caballo, quitarnos el casco y dejarlo en el poste y, después, se va a por la zanahoria. Pues bien, si hacemos un esfuerzo en la comprensión, sabremos que el niño nos está expresando que quiere terminar la sesión.   

Hablar en un tono de voz estable y tranquilo, mostrar y señalar cada cosa a las que nos refiramos, secuenciar todo lo que se pueda y hacer un esfuerzo por entender. 


miércoles, 6 de abril de 2016

Un poco sobre el aspecto cognitivo.

Cuando hablamos de cognitivo, generalmente nos referimos a lo aprendido. Así pues sería generar aprendizaje o ayudar a este a ser afianzado o generalizado. El uso de la información y las destrezas adquiridas también se considera estimulación cognitiva o trabajo cognitivo.
Se habla de varios momentos en el desarrollo cognitivo de la persona. Principalmente son cuatro:
Sensomotriz: Es el aprendizaje por medio de los percibido por los sentidos. El juego es descubrimiento y la imitación el principal patrón de actuación. Hablaríamos de esta etapa hasta los dos años de la persona.
Preoperacional: Se puede centrar en la aparición del lenguaje y el simbolismo. Digamos que es el descubrimiento de la persona de su “yoidad”, existo y soy capaz de inferir en las cosas. Se alargaría hasta pasados los seis años.
Acciones concretas: Es la capacidad de abstracción. Pasamos de los conceptos visibles (vaso, mesa, pelota) a otros más abstractos como el tiempo, o que las cosas se transforman. Es decir, por ejemplo que el agua que cae en un vaso es la misma que estaba en la botella. También son capaces de representar acciones posibles, o premeditar proyectos. Esta etapa culmina sobre los 11 años.
Operaciones formales: Sería la etapa donde la mente es más abstracta, se puede conseguir por el propio pensamiento la explicación de las cosas (generar hipótesis) y donde se forma la personalidad y el estilo de interacción con el mundo.
Cuando hablamos de la parte cognitiva de la persona hablamos de inteligencia, memoria, lenguaje, atención y procesamiento de lo sensorial.

Todo lo dicho en el párrafo anterior está muy relacionado. El lenguaje no deja de ser una memoria semántica. El aprendizaje precisa de procesos sensoriales y, por supuesto, de memoria e inteligencia. Ese aprendizaje puede ser para procesar o para contextualizar. Dentro de la inteligencia se definen las capacidades de la persona para acceder a la información que controla más o menos rápidamente por medio del recuerdo y las técnicas de acceso a la información. Así pues, todo está relacionado por ello trabajar el aspecto cognitivo es muy complejo. Quizás proponiendo un ejercicio creemos que estamos trabajando algo concreto y, sin embargo, estaremos haciendo que se pongan en marcha muchos más procesos cognitivos de lo que desearíamos.  


martes, 22 de marzo de 2016

El trabajo a pié

Cuando hablamos de terapias ecuestres, obviamente hablamos de incluir al caballo en todo el meollo de la propuesta pero si es cierto que parte del trabajo se hace a pié.

Dentro de la secuencia de la sesión planteada, antes de montar en el animal existe un saludo a todas las personas existentes, un recuerdo de qué necesitamos para realizar la sesión, la preparación del animal, la espera para que llegue y, a veces, antes de trabajar encima del animal trabajamos en el suelo. Otras veces, trabajamos en el suelo después de haber montado.

Cuando hablamos de montar en terapias ecuestres no debemos de hacernos la idea de una persona con riendas, estribos... trabajando en una pista con un/a entrenador/a... En otra entrada hablaremos de qué es la equitación adaptada.

En una sesión terapéutica debemos de pensar en que el espacio se diseña para la sesión concreta, contamos con material para los ejercicios y pensaremos que todo lo que vamos a realizar está pensado y enfocado a la persona concreta con quien vamos a trabajar. En base a la información previa que hemos recogido por medio de las técnicas de recogida de datos (test, entrevista, autoinformes, observación directa...).

Trabajar a pié puede entenderse de dos formas, trabajar a pié con el animal o trabajar a pié en el espacio que "propone" el animal pero sin hacer que tome parte éste.

Hemos comenzado la entrada hablando de los tiempos. Las esperas, las secuencias, la recepción de órdenes (o indicaciones). Todo ello puede ser un trabajo muy interesante para trabajar lo que llamamos las habilidades sociales, entendidas como capacidades personales que nos permiten actuar e interactuar en grupo con éxito. Esto tiene una importancia grandísima porque las personas estamos continuamente precisando de habilidades sociales. Comercios, plazas y parques, escuela, en el hogar, en casas ajenas... contar con capacidad de espera, con prudencia.

Trabajar todo esto con los caballos desde el suelo es muy interesante ya que nuestro animal nos da la oportunidad de no ocupar lugares inadecuados porque nos puede pisar, no precipitarnos porque lo podemos asustar, toda una serie de cautelas que hacen que la comunicación y la recepción de indicaciones sea radicalmente importante para una actividad en concreto que, por supuesto, se puede extrapolar a otras situaciones.

jueves, 17 de marzo de 2016

caballos y el área motora gruesa en la atención temprana

El título de la entrada daría para estar escribiendo un buen rato. Hoy me siento con ganas de hablar de estimulación. ¿Qué es esa palabra? Lejos de coger diccionarios y empezar a dar definiciones, creo importante ver qué es eso del caballo, del espacio, del encuentro y de la estimulación. Estimular es propiciar, invitar y... ¿Por qué no? Divertirnos.

Cuando pensamos en la Atención Temprana no debemos olvidar de que estamos trabajando en edades tempranas, por lo tanto el juego y el descubrimiento son dos premisas que no se pueden perder de vista.

¿Y el caballo? Ahí lo tenemos que meter.

En primer lugar, estar encima de un caballo supone un cambio en la cosmovisión. Suena raro. Un cambio en la perspectiva hacia el mundo. Normalmente los pequeños están, si son muy bebés, en brazos. Muchos pensamos que deberían estar en el suelo. Suelo y más suelo. Pero eso da para otra entrada. Si son menos bebés, suelen ver el mundo desde abajo mirando casi siempre hacia arriba para dirigirse a casi todo. Es el problema, muebles, calles, espacios... suelen estar diseñados para adultos. No es tan grave. Subimos al pequeño/a al caballo y empieza a vernos desde arriba. Comienza a manipular y colocar objetos desde arriba. Ese cambio de perspectiva también conlleva cambios a nivel manipulativo... coloca aros desde arriba, ensarta objetos en un cordel teniendo los elementos abajo... Todo cambia, y esto suma. Es otro ambiente, otra perspectiva y el ejercicio que parece igual es "diferente".
Me gustaría continuar con eso que llamamos la estimulación motora. Ese movimiento que nos ofrece el caballo cuenta. Impulsos estables, repetitivos que se centran en la pelvis y se propagan a todo el cuerpo. Cuidado... los más pequeños se pueden dormir. No olvidemos que mecer es bastante parecido y... a nosotros por lo menos nos ocurre.
Vamos a girar. Coloquemos pinzas a ambos lados y vamos a recogerlas para ponerlas en el cestillo. Si en vez de coger los objetos de la derecha con la mano derecha lo hacemos cruzando, además, estaremos realizando un ejercicio neuronal importante. Vamos a acostarnos y guardar el equilibrio. El balanceo que hace la grupa nos obliga a trabajar piernas, brazos, cuello, abdomen... no alarguemos el ejercicio que es duro.
¿Qué tal si miramos hacia atrás? Apoyamos las manos en la grupa y estaremos musculando la espalda y trabajando el control de la cabeza y cuello desde otra perspectiva. Los impulsos se perciben de forma diferente y ello nos da juego.
Si pedimos a nuestro pequeño/a que coja los lazos que están en las crines altas le obligaremos a extender los brazos y a adoptar una postura que pondrá en marcha sus abductores.

Hay muchos ejercicios que realizar y con caballos hay muchas posibilidades. Aquí dejamos solo unas pocas. Prometemos una continuación de esta entrada.



miércoles, 16 de marzo de 2016

LA COMUNICACIÓN PRELINGÜISTICA

Trabajar en un medio abierto y "libre" como es el lugar donde realizamos las terapias con caballos propicia un tipo de comunicación que, en la mayor parte de las ocasiones, no recibe la importancia que tiene.
La comunicación prelingüística se hace presente en todas las personas, antes o después. Tomar atención a ello es de vital importancia para, en casos en los que hay que realizar una estimulación en el área del lenguaje, incorporarlos o atenderlos y, así generalizar su uso puesto que son, en definitiva, comunicación real e intencionada.

En este caso, hemos de hablar de protodeclarativos y protoimperativos. Ambos son actos comunicativos que tienen una clara intención y que, en la mayor parte de las sesiones existen.

Cuando los niños/as llegan al espacio, normalmente entran algo alterados. Contentos. El espacio les gusta, quieren subir al caballo, les gusta darles de comer, les gusta ver a los otros animales que allí tenemos (perros, pavos, gallinas...). El dedo índice va como "clicando" un ratón de ordenador imaginario que señala a varios sitios, acompañan algunas sonrisas y también miradas que van y vienen. Ante la excitación, por supuesto, algunas estereotipias también salen a relucir. Aquí empieza la sesión, el terapeuta acompaña y ofrece un estado de calma para dar forma a ese estado de excitación, para ir poniendo nombre a todo lo que está intencionadamente referido en esa proto declaración. Son acciones llenas de intención comunicativa que quieren llamar nuestra atención con un fin que puede ser muy concreto.

También son numerosas las ocasiones en que los niños/as nos cogen las manos para que hagamos algo, se balancean sujetándose al cinchuelo para que el caballo se mueva. También nos cogen de la mano y nos llevan a algún sitio. Se dan la vuelta y suben los brazos para que los cojamos y los montemos en el lomo del caballo. Estaríamos hablando de protoimperativos. Son acciones mediante las cuales nos están pidiendo algo. Podríamos hablar de una clara intención comunicativa que, sin duda, existe y se hace presente por medio de ese acto.

Estar atento a todo ésto es una función muy importante ya que nos da pié a, en esta situación tan clara, reconducir esa forma de solicitar algo (protoimperativo) o referirse a algo (protodeclarativo) para dar una posibilidad más generalizada y generalizable de hacerlo o, por supuesto, llevarlo al lenguaje oral o al sistema alternativo de comunicación por medio del pictograma o por medio del gesto.

Trabajar todo esto con caballos da muchas posibilidades. Una buena forma de hacerlo es generar una secuencia muy clara que se repita en todas las sesiones. De esta forma, estamos dando la oportunidad al niño/a de anticiparse y generar estos actos y, así, reconducir esos actos prelingüísticos por medio del moldeamiento o la asociación de pictogramas.


miércoles, 2 de marzo de 2016

DESPUES DE AÑOS TRABAJANDO SACAMOS NUESTRO CURSO

Hola a todos y todas:

Nos disponemos a poner en marcha nuestro primer curso. Lo titulamos aspectos prácticos en terapias ecuestres. El título va muy acorde con lo que vamos a hacer. Ofrecer a las personas que vengan un cúmulo de ejercicios prácticos que se pueden realizar y que se realizan en diferentes sesiones. Tales ejercicios están precedidos de unos objetivos ques se elaboran en base a las necesidades detectadas en cada caso.
Trabajaremos la estimulación cognitiva. La memoria, declarativa en sus aspectos semánticos y episódicos. Tambien la memoria a corto plazo, más bien la memoria de trabajo. Ejercicios de retención, reglas nemotécnicas, etc. Discriminación de colores, asociación de conceptos, asprendizaje mediado por descubrimiento y por imitación... con caballos, por supuesto.
Trabajaremos la estimulación motora. Un sin fin de ejercicios de gimnasia posibles sobre un caballo, volteo terapeutico y ejercicios previos a la monta.
Diseño de sesiones. Selección del material, preparacion del espacio, distribución de tareas en el equipo...
La mota gemela, ese contacto que precisa del trabajo en equipo y que tanto proporciona a nivel de movimiento y propiocepción.
En definitiva, será un fin de semana lleno de experiencias en el que esperamos contar con personas interesadas e ilusionadas.

Vamos a ofrecer un máximo de 10 plazas con el fin de que el curso responda al 100% a las expectativas de los y las participantes.

Os dejamos el cartel



viernes, 19 de febrero de 2016

TEA y el arte de facilitar.

Llevamos tiempo escuchando cosas como “son niños que no saben relacionarse” también cosas como “no expresan emociones”. Cada vez estoy menos de acuerdo, pero matizando. Otra de las cosas que cada vez más se oye: “no toleran los cambios”.
Estas tres afirmaciones que escucho, y seguramente hayamos escuchado muchos de nosotros, me hacen reflexionar. No puedo decir que sean falsas pero si me atrevo a afirmar que están faltas de muchos matices.
Son niños que no saben relacionarse. Dejando a un lado la epistemología y las definiciones de la RAE, relacionarse sería una capacidad, una aptitud que implica también una actitud. Pensemos cuando estamos en una plaza con nuestro hijo, sobrino, el hijo de unos amigos… Hay otros niños jugando y éste se acerca poco a poco y, sin darnos cuenta, en cuestión de segundos está incluido en la dinámica de los demás y está jugando. No encontramos explicaciones ni motivos aparentes.
¿Lenguaje? Lo dudo. ¿Afinidad? No se conocen de nada, no pueden conocer sus puntos en común. Se llama infancia, pero sin duda el hecho de que el “nuevo niño” se encuentre jugando en el grupo es gracias a su “capacidad” de relacionarse. Llegando al quid: También gracias a su capacidad de abstracción para comprender qué se está haciendo y cuáles son las claves para incluirse en dicho grupo (sin ser rechazado).
Cuando trabajamos con un niño que no cuenta con esa capacidad hemos de centrar nuestro esfuerzo en abrir vías, terminarán entrando sin "esa abstracción". Proponemos una dinámica que tenga cierta lógica y que se repita en espacio y ritmo. Pronto veremos como “saben relacionarse” en ciertos ambientes.
Tenemos pues que hacer el esfuerzo de no centrarnos en esa “falta de capacidad del niño” y sí hacerlo en la no adaptación de las dinámicas y situaciones planteadas.
No expresan sus emociones. Yo veo a niños diagnosticados en mi espacio que cuentan con sonrisas cuando llegan. Uno de ellos, cada vez que llega se sube a mis brazos y pasamos unos segundos riendo mientras nos miramos. También cuento con que la mayor parte de las veces cogen mi mano mientras hablo con sus padres y madres. ¿No es ello, acaso, una muestra de sus emociones? Quizás no sean niños muy expresivos pero las emociones no siempre se expresan con el mismo nivel de intensidad.

No toleran los cambios”. Habría, mejor, que hablar de que se sienten bien en espacios familiares. Nuestras sesiones siempre tienen un mismo ritmo y realizamos actividades similares en todas. Trabajamos conceptos del lenguaje, trabajamos habilidades motrices, entrenamos en equilibrio y muchas cosas más pero, siempre, con una secuencia muy parecida. Cuando llegan “por primera vez” no contamos con esa “secuencia”. ¿Creemos que la primera sesión va a ir todo sobre ruedas?
Cuando entramos en un nuevo ambiente, comenzamos un curso de formación… siempre se comienza con una explicación de los contenidos, la presentación del formador y de los participantes, etc. ¿Por qué nos sorprendemos de que con un niño que responda al TEA no tiene por qué ser así? Quizás habría que adaptar todo y dejar la prisa; habría que pensar que no todo está claro y que es mucho más fácil explicarlo que entenderlo. No es lo mismo preguntar ¿Qué tal estas? a preguntar “¿Estás bien? Ofrecemos mucha más claridad con una pregunta que con otra. A la hora de presentar los ejercicios deberemos usar la misma lógica. Sencillez de respuesta, facilitar la dinámica en la relación, en la interacción, en la comunicación. Facilitar. Facilitar.  

martes, 2 de febrero de 2016

La sesión de terapias ecuestres desde un enfoque pedagógico

Cuando nos disponemos a realizar una actividad pedagógica nunca debemos de perder de vista la actitud que el profesional asume. Educar es un acto generoso que requiere, además de aptitudes y conocimientos, hacer que todas las actividades resulten atractivas y divertidas.

Incluir un caballo en todo este meollo, sin duda, contribuye. Las actividades con caballos funcionan, por norma, muy bien con niños. Se generan vínculos afectivos entre el educando y el equipo y, por supuesto, también con el animal.

Otra de las ventajas es que los familiares suelen estar muy presentes en la sesión y, en varias ocasiones, se les puede incluir para reforzar las actitudes positivas y aunarse a la celebración de los logros.

Cuando realizamos sesiones desde un plano educativo, la estimulación cognitiva y el desarrollo en competencias serían las claves centrales. Los materiales y los tiempos han de estar enfocados a los objetivos planteados y, en consecuencia, la actividad irá en pro de la consecución de dichos objetivos.

Todo, o casi todo, queda en la imaginación del profesional. Lejos de centrarse en ejercicios marcados y propuestos, la rama educativa exige reinventarse y rediseñar materiales sesión a sesión. Así pues, lo que un día nos servía para trabajar unos aspectos, al día siguiente lo usamos para trabajar otros o aumentar las competencias en esos mismos. Los límites los pone el niño, siempre. Las expectativas han de ser siempre superiores con el fin de que los logros nunca estén por debajo de las capacidades reales y, por supuesto, las potenciales.