miércoles, 5 de diciembre de 2012

EL ENTRENAMIENTO DE UN CABALLO PARA TERAPIAS ECUESTRES



Se escribe mucho sobre las  características físicas y de carácter de los caballos de terapia, pero pocas veces se escribe sobre la relación entre la persona que hace terapias ecuestres y los caballos que utiliza para ello. Desde aquí, recomiendo leer los libros de Juan Vives Villarroig, en ambos dos podrán disfrutar de una buena descripción sobre el tema del que quiero hablar.

Antes de nada, advertir que, por encima de ser caballos de terapia, son caballos. Caballos con letras mayúsculas. Si el animal trabaja en terapias dos horas al día, las restantes 22 son mucho más importantes para él. ¿Son más importantes para nosotros esas 22 horas de nuestro caballo que, sin embargo, esas dos que lo sacamos a las sesiones?

Si observamos algunas sesiones de terapias ecuestres podemos ver caballos cabizbajos, sus orejas no paran de buscar centros de estimulación y su paso es, cuando menos, poco activo. ¿Cómo se entrena a un caballo para participar en sesiones de terapia? Pensaremos que tenemos que acostumbrarlos a andar con varias personas junto a él, quitarle miedos al material y a los sonidos que éstos hacen, hacer que quede quieto mientras la gente de su alrededor se para… Se me ocurre un nombre mejor para esta descripción: desensibilizar.

Todo ese proceso se llama desensibilizar. El entrenamiento de un caballo que dedica su tiempo a las terapias va mucho más allá. En primer lugar, debe de tener vínculos con la persona que le saca a trabajar. Los vínculos se crean (en cautividad) con la comida, con el aprendizaje, con el trabajo, con los momentos de pasto fuera de las corraletas (o cuadras), con las horas de ruta. Entre un humano y un caballo puede existir una relación de amistad, cuando menos, cierta complicidad. Un “algo” que haga saber tanto a uno como a otro cómo estamos, cómo nos encontramos, qué cosas nos gustan, qué cosas detestamos… conocernos. Un caballo de terapias entrenado es un animal que sabe interaccionar con su “referente humano” desde lo aprendido gracias al tiempo de convivencia. Crear un código de comunicación con nuestro caballo es entrenar a nuestro caballo, en función de ello, le estaremos preparando para sesiones de terapias ecuestres.

Adjetivar a los caballos que usamos en las sesiones como “caballos de terapia” conlleva una cosificación de su existencia. Caballos de salto, caballos de doma clásica, caballos de alta escuela, caballos de raid, caballos de doma vaquera, caballos western, caballos de terapia… ¿Seguimos? Caballos de cría, caballos de tiro, caballos de carne. Tiene gracia.

Vuelvo a repetir, un caballo pasa más del 80% de su vida limitándose a comer, dormir y revolcarse (si le dejan). Es muy egoísta clasificarles si nosotros, a penas, les vemos para darles de comer y “usarles”. En muchos casos ni existe lo primero. Llamémosle caballos, animales, seres.  


 Fotografía de Adabuhi- Fotografía

 

lunes, 3 de diciembre de 2012

Mucho más que un curso. Doma Natural

Hola a todos y todas:

Esta mañana, después de haber pasado un fin de semana muy intenso de trabajo (como organizador) y trabajo (como participante), he ido a dar de comer a los caballos y he dedicado los mismo 10 minutos de observación que cada día. Puedo decir una verdad, parece simple pero, siguen siendo los mismos.

¿Qué habrá pasado?

Durante todo el curso he ido aprendiendo algo especialmente: sutileza.

La doma natural es un concepto muy debatido. También está muy de moda. Cuando algunos amigos con los que monto a menudo me ven montando con una cabezada de cuadra en medio del campo me dicen "estás loco, algún día tendrás un accidente". Ellos no están, precisamente, interesados en la doma natural. Luego, cuando voy a algún curso sobre terapias con caballos, donde todo es "tu caballo tiene que confiar en tí, tienes que ser su lider" (momento en el que, cuando menos, saco una pequeña sonrisa), les digo que a uno de mis caballos lo llevo con serreta y bocado pearlham y se echan las manos a la cabeza.

¿Qué triste sería limitar el concepto de doma natural a quitar los hierros de las bocas? ¿Qué triste sería limitarlo a evitar castigos?

Un curso impartido por Marc Plana se ha centrado en la comunicación con el caballo desde la imitación de sus movimientos en manadas en libertad. También, y eso es lo que más me ha gustado, en crear un código de comunicación mediante la voz. Cargar todas esas palabras que, despues, nuestro caballo entenderá a la perfección debido a un trabajo realizado desde el principio, paso a paso.

A proposito de ello, paso a paso. Retroceder en el proceso si el caballo nos lo pide, trabajar en pro de la salud de nuestro caballo. Guiar los ejercicios para que el propio caballo encuentre alivio corrigiendo posturas que tiene incorrectas. ¡Qué bonito todo ello!

No faltaron los curiosos, pero todo ha sido muy íntimmo. Íntimo porque lo que se mostraba interesaba a todos y todas. Íntimo porque se hablaba de algo cercano. Íntimo porque el espacio lo propiciaba. Íntimo porque la magia lo ha hecho íntimo.

Muchas veces se habla de bienestar animal. Me da miedo pensar lo valiente que es la gente cuando habla de los caballos de terapia y de su bienestar. ¡Qué dificil es conocer el bienestar físico y psicológico de un animal! Paso muchas horas y todos los días de la semana con mis caballos, y creyendo que conocía, mas o menos, el estado de su salud y estado emocional, me doy cuenta de que conozco, cuando menos, un poco sobre ello.

Como conclusión, sigo pensando que para conocer a los caballos hay que vivir con ellos. Para interactuar y usarles en nuestro trabajo hay que vivir con ellos, porque todo lo que implica la interacción precisa de muchas premisas de entendimento que no se aprende sino "estando". Mucho más osado me parece querer hablar sobre ello sin ese "estando".

En el curso empezamos recibiendo una exposición de una investigación que el propio Marc ha hecho sobre caballos en libertad. Les ha seguido durante meses y ha observado todos sus ciclos, cambios de rumbo, relaciones entre diferentes manadas, creación de nuevas manadas, seleccion de sementales, migraciones, partos e inclusion de los potros en la manada. Muy, muy interesante, a la hora de ponerte a trabajar con un potro sin tocar (sin desbravar, me refiero).
Comenzamos con el trabajo en picadero redondo, con los cambios de sentido, de mano y de pié, todo desde el suelo. Tambien trabajamos las distancias justas para el trabajo efectivo en picadero redondo. Seguimos con riendas largas. Como hacerlo y cómo enseñar a los caballos a ir a las riendas largas. Refuerzo positivo, refuerzo nagativo, condicionamiento operante... Todo un mundo que supo combinar perfectamente en teoría y práctica. Seguimos con el ensillamiento y la cincha, una muestra interesantisima de cómo el caballo muestra la aceptacion a todo y nos quitamos los niveles de estres del animal.
Terminamos con monta natural. Un verdadero misterio en el que está presente la biomecánica del caballo, la conciencia de nuestro cuerpo y su cuerpo. Un verdadero placer para los sentidos verlo montar sin ayudarse de riendas. Un verdadero placer estar montando frente a él y escuchar cómo habla directamente a tu cuerpo, como tu cerebro tiene que procesar únicamente palabras porque el mensaje es tan claro que casi se puede tocar.
 
En definitiva, Marc, ha sido un verdadero placer y, además, un honor que hayas trabajado a cada uno de mis amigos peludos de cabeza grande.
 
A los y las participantes, os doy las gracias por vuestra asistencia e interés. Un verdadero placer también.
 
A los cabezones peludos, siempre agradecido.
 
Y ahora, con todo lo aprendido, a trabajar. De momento, voy a construir un picadero redondo.