martes, 12 de marzo de 2013

LA INCORPORACION DE UN NUEVO MIEMBRO A UNA MANADA (O GRUPO DE CABALLOS).



Lo primero que me dijo Marc cuando vino a impartir el curso de doma natural de diciembre fue que si en un grupo de caballos no hay un semental no se puede considerar una manada. Pues bien, yo no hablaré de manadas sino de grupos de caballos, puesto que mi experiencia es esa.
Desde que vivo con mis caballos, he tenido la oportunidad de incorporar a 3 miembros nuevos. El espacio se delimita. Siempre habrá uno de ellos que al desplazarse vaya suscitando en los demás una necesidad de apartarse. Ocurrirá durante varios meses y ello nos puede llevar a pensar que no se llevan bien y que no van a poder vivir juntos. Veremos que se muerden y, sobre todo las yeguas, tienden a cocear. Esto último puede tener relación con los celos.
Cuando mejor pude verlo fue con la incorporación de Berta. En un principio, el grupo no la suele aceptar y tienden a juntarse entre los antiguos, la reacción del nuevo es quedar apartado. Notaremos que está distante, a no ser que sea un caballo bastante distante tanto con humanos como con caballos. No faltarán conflictos pequeños por el espacio y por la comida.
Con el tiempo, podremos ver que hay acercamiento con los miembros más adultos, o menos dominantes. No podemos negar que se crea una jerarquía basada en la comida y ello es algo que debemos controlar nosotros mismos si no deseamos que unos animales engorden mientras los otros vayan menguando, las cuadras nos evitarán todo ello pero también nos restarán muchas otras cosas que bien nos pueden describir expertos/as en doma natural, ya que todos ellos/as coinciden en que las cuadras no hacen un animal estable y sano a nivel mental.
Como podemos ayudarnos de las separaciones (que no sean cuadras), cuando incorporemos a un nuevo miembro, debe ser importante dejarles en un mismo espacio con dicha separación. De tal manera, podrán olerse y morderse sin llegar a hacerse daño. En mis investigaciones, repartía la paja justo donde está la separación sin enchufar el pastor (mi forma de delimitarles el espacio es con cinta de pastor eléctrico, y lo conecto un día a la semana). De esa forma, en un principio la repartía en varios montones justo debajo de la cinta, pasando a ir dejándola en dos montones y después en uno solo. De esta forma, obligaba a la nueva yegua a comer donde los demás también podían hacerlo. O se relacionaba o comía solo cuando los demás no estuviesen. En algún momento hubo conflicto, pero no llego el agua a río nunca.
El siguiente paso fue soltarles en un sitio donde había mucho pasto natural. Primero la solté con la miembro más vieja, con la que sabía que no tendría problemas y posteriormente fuimos pasando a todos los miembros. Esto lo hice en la misma mañana. Los problemas brillaron por su ausencia, ya que era mucho más atractivo comer verde que marcarse. Todo queda dicho, había pasto para aburrir. Sin más dilaciones, volvieron todos juntos a la corraleta. Hubo algún problema, sobre todo en las épocas de celo de Berta. Sin duda, poco a poco, se hizo su sitio y llego a tener un lugar en el sombraje mientras llovía. Donde hubo más problemas fue a la hora de hacer uso del bebedero. Se encuentra dentro del sombraje y es una zona difícil para huir. Fui poniendo un bebedero alternativo pero no supuso más que un error, ya que la yegua se acostumbró a beber de ahí, y flaco favor le estaba haciendo. Suprimido.
Pronto, ella misma tomó posesión.
Mi conclusión, “que se busque la vida” como bien me dijo un gran conocedor de los caballos como Felipe Llerás. Cuando llueva, cuando nieve, cuando haga calor. Le procuramos el bienestar, por supuesto, pero “que se busque la vida.
Hoy Berta come del mismo montón de paja que el dominante, Estudiante.
Incorporar un miembro al grupo es cuestión de tiempo y de prudencia. La cautividad siempre les dificulta, pero hay pasos para hacerlo más fácil. Un caballo bien socializado es un garantía de seguridad en el trato. He conocido muchos caballos de cuadra. He conocido a mis propios caballos viviendo en cuadras. He descubierto que un animal maravilloso como es un caballo se convierte en maravillosísimo si vive socializado.