jueves, 2 de agosto de 2012

El nacimiento de la pequeña Julietta

La bienvenida de Julietta:

Era entrada la noche, cuando todo estaba en calma, la yegua Joy creyó que era el momento de que su potrita Julietta viese por fin, después de once meses, el mundo exterior.

Tranquilamente, muy silenciosa, Julietta nació y en pocos minutos ya tuvo que ponerse de pié porque el hambre le apretaba y desde el suelo no alcanzaba.

Poco después, la anciana yegua Luna la llamó y le pidió que la escuchara por unos minutos, al tiempo que las demás integrantes de la manada se ponían en corro para no perder palabra de ese momento tan especial.

Comenzó así a mostrarle su sabiduría: Hola pequeñita. Como tienes unos ojos preciosos y un bonito pelaje, no habrá Romeo que se te resista, por lo tanto te llamarás Julietta. Has venido a nacer en una manada donde vivimos, en este momento, veinticico yeguas y un caballo. Tu eres la última en llegar, así que confiaremos en tu mamá Joy tu proceso de aprendizaje. No has de comprarte libros de texto o mochilas para el colegio, más bien preocupate de estar siempre cerca de ella y de tener los ojos muy abiertos.
Eres una yegua, ahora sólo una potrilla, pero en unos tres años verás como eres tanto o más grande como una de nosotras. Somos la especie equina, junto con las cebras, los ponies y los burros, damos vida a ese nombre. Nos caracterizamos por ser animales longevos y hervívoros.
Nuestra vida se reduce a comer y reproducirnos. Solemos ir siempre en manadas, no nos gusta estar solos porque las posibilidades de ser cazados son muy altas. Estar en manada tiene un sencillo por qué: cincuenta ojos ven mas que dos, por lo tanto, nos interesa vivir en grupo. No tenemos un especial interés en compartir espacio, comida, no somos animales muy cariñosos. Vivimos en grupo por una razón de praticidad.
Ahora eres la última en llegar a la manada, así que no ocupes puestos de responsabilidad, dedicate a comer y estar pendiente de no separarte del grupo. Cuando nos desplacemos, para evitar incidentes, no cojas atajos, no uses caminos diferentes al resto. Haz una reflexión: si la yegua que va delante ha pisado ahí y no se ha hundido ni ha tenido ningún problema, la mejor opción es pisar en el mismo sitio.
Cuando te veas en una dificultad o no sepas como pasar por algún sitio, llama al grupo y alguna de nosotras vendrá a mostrarte cuál es el camino. Cuando oigas a la manada relinchar, todo tendrá un sentido, intenta interpretar qué está pasando.
Nuestro estado de ánimo es el truco para estar alerta de los depredadores. Si ves que estamos nerviosas: corre. Galopa tanto como puedas y no te separes del grupo, una manada de caballos galopando no es nada fácil de parar, si nos desperdigamos perdemos todo el poder que pudieramos tener y nos comerán a todas en pocos minutos, así que ya sabes: mientras sigas dentro del grupo estarás viva.
Allá donde yo vaya, todas me acompañaréis. Habeis aceptado que yo soy la yegua que mejor conoce el lugar, sabeis que no os separaré del agua y que encontraré lugares llenos de comida. Yo no elegí este lugar, mi madre era la yegua guia antes y ella me mostró cómo habia de comportarme, ahora por la razón de que tengo esas habilidades, tengo estas funciones.
No soy mas importante que el resto, tengo estas funciones, que son diferentes a las del resto. En nuestra manada también está el macho, es éste, Julián el gran caballo tordo. Su función es garantizar que nuestra manada crezca, y en ocasiones tiene que mostrar a otros caballos que sigue siendo tan fuerte y sano como siempre, y que todavía puede vivir con nosotras. Marieta, mi hija, se encarga de estar siempre junto a mí, porque el día que yo no esté, ella será la yegua guía y tiene que estar a la altura.
Otras yeguas son las encargadas de colocarse estratégicamente para que veamos todo lo que pasa a nuestro alrededor. Como te estarás dando cuenta, no ves nada de lo que pasa detrás de ti, por eso los depredadores intentarán buscarte desde ahí. Si todas las que somos en el grupo nos ponemos en diferentes posiciones, veremos a todo nuestro alrededor y será dificil que nos cojan los depredadores. ¿Ves que importantes somos todas en el grupo?
Ahora te daré unos consejos, observa todo detenidamente, no te acerques a nada de lo que desconfíes, huele todo antes de dejar que te toque y detecta claramente qué ocurre en cada situación. Desconfía, desconfía. Más vale un por si acaso que un yo pensaba.

Ahora que tienes mis palabras, te invito a vivir en el grupo y recuerda que, si en algún momento no tienes ninguna función en la manada, no habrá ningún por qué para que vivas en ella.
Por lo tanto, bienvenida.

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