Hace unos días estuve hablando con dos personas que van a realizar un estudio de investigación sobre terapias con animales, y me hicieron la pregunta que titula el post. Yo les dije que se me ocurren motivos para trabajar con caballos para cada una de las personas con las que trabajo, pero que a nivel general es dificil hablar de beneficios "universales". Trabajar siempre desde lo individual me lleva a hablar siempre de cada caso, y no de todos en conjunto pero... con el fin de
sintetizar, resaltaremos cuatro.
- El caballo vive en un entorno
natural, “desinstitucionalizado” en el que la persona se encuentra libre de estímulos
y herramientas diseñadas. En este entorno todo es más espontáneo. Los
ejercicios que parecen “iguales” (a los realizados en otros entornos más
cerrados) son “diferentes”.
- Por norma general, a todas las
personas nos gusta estar cerca de los animales y, también, de los caballos. De
esta forma, el caballo se convierte en un potenciador de la predisposición a
realizar actividades.
- El caballo posee un movimiento
característico que imita el patrón de la marcha humana. De esta forma, cuando
una persona está sentada (o en otras posturas determinadas) encima de un
caballo se activan una serie de movimientos que se proyectan desde la pelvis y
que se reproducen en casi todo el cuerpo de la persona, pudiendo ello ser usado
como herramienta para estimular el desarrollo psico- motor.
- Los caballos no juzgan a la
persona que está cerca de ellos. De esta forma, montar a caballo es una
actividad que iguala a las personas con capacidades diferentes independientemente
de cuáles sean esas “capacidades” sin estar encima de un caballo o junto a él.
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