Rondaba la idea de organizar una escuela y un brote de
decisión la puso en marcha. Faltaba lo más importante: ganas de disfrutar y
aprender. Quizás un poco de ilusión podría ser un ingrediente fundamental.
También lo sería el tiempo y, por supuesto, un grupo de niños y niñas que
quisieran venir. Muchos, pocos, algunos,… Ahí estuvieron.
Contad con nosotros,
y con ellos. Y con todos. El número exacto. El grupo perfecto.
Lizy se encargaría de los caballos. Pascual de poner el
material a punto. Noelia hacer que todo cuadrase. Juan de preparar la huerta.
Carmina, como siempre, de poner los puntos de cordura.
Comenzamos. Menos dos grados de temperatura nos esperaban a
las ocho de la mañana. A las nueve y media empezarían a llegar los protagonistas
de esta historia de navidad. Si no nos paraban las dudas tampoco lo haría el
frío.
Comenzamos con el reciclaje. Unos botes de leche para bebés
y unos cuantos periódicos comenzarían a mostrarnos que lo que a veces llamamos
basura puede convertirse en algo útil, solo necesitamos tiempo, paciencia y un
poco de creatividad. De eso estaban llenos estos visitantes.
El sol comienza a salir y nos vamos a comenzar nuestra
bonita aventura en la agricultura. Azada, cajas, carretón y guantes. Con esas
armas nos enfrentamos al caballón. Apartamos las gomas de riego y diferenciamos
qué planta es la patata. Localizada. A mover la tierra y… -¡patata, patata,
patata!- Fue emocionante. Ahí estaban esperándonos.
Vamos a quitarles la tierra, nos las llevamos a casa y esta
noche las tomaremos para cenar. No sin antes aprender qué es cocer, qué es freír
y qué es asar. Gracias a las nuevas tecnologías, desde casa tuvimos noticias y
felicitaciones por la cosecha. El trabajo bien hecho tiene su recompensa… a
veces en forma de patata. A mismo tiempo, en forma de sonrisa.
Después de un gran trabajo, vamos a montar a caballo. La
parte estrella. Trabajamos la paciencia, la espera porque somos varios y todos
tendremos el placer de subir en Berta.
Segundo día, como siempre, damos de comer a los animales.
Hoy nos espera la gran aventura del pan. Gracias a estas lluvias, las tablas de
trigo están que da gloria verlas. Las espigas casi no se tienen en pié. Están a
punto.
Aprendemos que el pan viene del trigo, que se separa de la paja que es
para nuestros amigos los caballos. El grano se cosecha y se muele. Hacemos
harina. Vamos entonces a hacer el pan.
Levadura fresca, aceite, agua, sal y harina. Un peso. Qué
gran descubrimiento aprender y comprobar cuanto pesan las cosas. Hasta nuestros
bocadillos del almuerzo tienen una medida en peso.
Amasando. Nos llenamos de
harina… Más espera, más paciencia. La masa tiene que subir. Mientras tanto
montamos a caballo.
Hoy también nos llevamos la cena.
Tercer día. Pintamos nuestra hucha hecha con materiales
reciclados. Plantamos ajos. Dientes, cabezas y tierra movida. Regar: de lo que
quieras disfrutar te tendrás que preocupar.
Damos un paseo y encontramos huellas de caballo, de paloma, de
perro y de jabalí.
Hola, hoy es el cuarto día. Realizaremos un taller de
semillas. Haremos un calendario de siembra. Diferenciamos las plantas que
germinan con frio y las que germinan con calor.
¿De donde vienen las semillas? Normalmente de los frutos.
Maíz, lo plantaremos cuando haga calor:
Calabaza, la plantaremos a mitad de verano para que estén a
punto para Hallowen:
Pimiento, lo plantaremos cuando esté acabando el frío para
que esté a punto cuando llegue el calor:
Habas… Las plantamos cuando hace frío… es decir, hoy.
¡Vamos a recolectar zanahorias!
Tenemos preparado nuestro semillero y nuestro calendario de
siembra. Este año seremos agricultores.
Para tener algo que cuidar y ser agricultores, plantaremos
un repollo en una maceta y nos lo llevaremos a casa. Así iremos aprendiendo a
tenerlo todo a punto.
En Semana Santa tendremos otra escuela. Todos nos apuntamos
de nuevo. Nos esperan las habas que hemos plantado, las acelgas y el brócoli.
Tendremos que poner a punto nuestra huerta con tomates, calabacines, pimientos
y berenjenas. También estaremos cosechando trigo y alfalfa para nuestros
animales. Haremos queso fresco y, también nidos de esparto para los pájaros.
¡Todo ha salido genial!